¡Grande, culeao!

Mientras espera la presentación de su disco número ¡76!, el 28 de noviembre en el Luna Park, Carlos La Mona Jiménez se toma un respiro, sale de su profesión y destina unas palabras a otra de sus pasiones: el deporte. Y vaya si tiene de qué hablar en esa materia. El tenista David Nalbandian y el golfista Angel Cabrera, cordobeses de pura cepa, tuvieron 2007 para alquilar balcones. Son, claro, motivo de orgullo para el cuartetero, que se emociona con el éxito de sus coterráneos. “Soy muy amigo del Pato. Les mando un beso a los dos, nos dieron una alegría inmensa a todos los argentinos. Lo que están haciendo es terrible”, dice, en una rica charla (de la vida y otras yerbas) que Clarín.com publicará en los próximos días.

Resulta imposible esquivar el clásico cordobés del último sábado, que terminó con el festejo de La T. La Mona reconoce que su corazón está con el Pirata, aunque minimiza las cuestiones futbolísticas y se queja de la inseguridad. “Soy simpatizante de Belgrano, ya no hincha. No lloro más por un gol ni por la camiseta. Cuando era chico lloraba por los colores y me ponía triste el lunes si perdía”, recuerda, con su tono inconfundible, y cuenta: “Cuando hizo el gol Talleres se escuchaban las bombas de estruendo afuera del estadio. Lo lindo no es eso, sino cuando una hinchada canta y la otra contesta. No puede ser que sólo vayan a la cancha los hinchas locales “.

En una fusión de lo musical con lo deportivo, Carlitos cuenta que en el disco que se viene (saldrá el 12 de noviembre) habrá una canción que grabó con Tevez, su tocayo. “Cuando la escuche le va a encantar”, tira, entre risas, y enseguida le manda sus saludos al equipo de Basile. “Un beso a la Selección y al Coco, espero que se clasifiquen para el Mundial. Y que Carlitos siga jugando bien al fútbol”, concluye.
Fuente: Diario Ole