Todos con La Mona

Por kuartetoadm | 29 de noviembre de 2007, 18:44
Las cámaras de Argentinos por su nombre y su conductor, Andy Kusnetzoff, permanecían como intrusos sobre el escenario del Luna Park, probablemente para un especial de “Argentinos por su apodo”: es que quien estaba cantando y celebrando era nada menos que “la Mona”, el cordobés más famoso. El cuartetero más querido. El referente inagotable de la música popular cordobesa que pegaba la vuelta al Luna Park después de 10 años, con su disco 76 bajo el brazo (Trilogía 3er Acto).

“Vinimos a ver a la Mona, la Mona dónde está”, coreaban desde el público cuando se cumplió religiosamente la hora señalada: las 21.30. Un par de minutos después, con un saco verde, Jiménez llegó como una tromba y comenzó el ritual de reencuentro desde el escenario, que terminó a la medianoche con la multitud extasiada de cuarteto.

Tras dos temas, “la Mona” les dio “la bienvenida a los porteños… que acá son locales”, y al grito de ¡cuartetero hasta la muerte!, la monada se enfervorizó.

Además de las cámaras y los flashes, los famosos estuvieron todos presentes en este concierto del Luna. Así como en cada visita a Córdoba los rockeros no escatiman una visita a Jiménez, esta vez ellos oficiaron de anfitriones: Piti Álvarez, de Intoxicados (perseguido por Kusnetzoff); Cuchu Parisi, de Los Auténticos Decadentes; Fabiana Cantilo; el Mono de Kapanga; el Pato Fontanet, de Callejeros; y un puñado de ex Gran Hermano 4.

Moneros del alma. La Mona se reencontró anoche con su legión de fanáticos en Buenos Aires. Desde temprano comenzaron a congregarse en torno al mítico domo porteño, dispuestos a seguir su fiesta hasta la medianoche.

El merchandising trucho era la constante en las inmediaciones, y lo que se vendía como pan caliente eran remeras de la selección argentina con el número 76 (el número del disco que acaba de editar) o el 40 (el número de años que lleva en el cuarteto), o con el lema “monero de corazón” impreso en letras gigantes, que luego se verían dentro del Luna lleno.

Los invitados tuvieron su momento sobre el escenario cantando los temas que interpretan junto a Jiménez en el disco: Agujita de Oro, con Fabi Cantilo; el Mono de Kapanga, a quien presentó como “un chabón que me cambió la vida”, cantó El caravanero; Parisi, de los Decadentes, Qué mal ondón.

A las 23, Jiménez hizo un brevísimo intervalo para que vayan “a tomar una cervecita”, y cuando volvió –con cambio de look y un asistente llevando un balde con champán– se despachó con lo más celebrado del repertorio: clásicos como Beso a beso, Quién se ha tomado todo el vino pusieron eufórico al público que colmó el Luna y no dejó de bailar.

Los carteles y los trapos mostraban el mapa geográfico de los fanáticos de la Mona: no sólo de Capital y Gran Buenos Aires, sino que también estuvieron las leyendas de Villa María, Cosquín, Traslasierra, y las camisetas de los clubes cordobeses más representativos.

Momentos de verdadero delirio se vivieron durante el concierto que reencontró al Rey del Cuarteto con su gente, en un escenario que tiene mucho que ver con la historia de la música cordobesa: allí Jiménez se presentó dos veces, y fue el mismo lugar en el que “el Potro” Rodrigo batió récords, antes del accidente que se cobró su vida.

Puntualmente a la medianoche, “la Mona” se despidió, y al ritmo de cuarteto se puso fin a un show inolvidable.

 

FUENTE: La Voz del Interior
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